El Espartano se vence así mismo |
La vida no es solo esperar a encontrar tu vocación especial, puedes darlo todo y un hermoso significado te hará feliz. Qué te parece si lo encontramos…
No hay nadie como tú. No digo esto por decirlo. Dios te creó con especial cuidado por tus cualidades internas y externas. Eres un ser especial y particular para él.
Al diseñarnos, a ti, y a mí, quiere que seamos felices en este mundo y en el otro mundo. La felicidad en el cielo está garantizada por la gloriosa compañía de la Santísima Trinidad, pero la felicidad en el cielo no es sencilla para nosotros.
A veces nos deslumbramos los ojos
Algunos pensamos que la felicidad consiste en tener cosas materiales que nos den tranquilidad. Otros buscan estatus y un lugar predominante en la sociedad. Hay otros buscan admiración y respeto.
Pero son las ilusiones, las situaciones las que nos ciegan y nos impiden ver el camino hacia la verdadera felicidad.
Encontrar la verdadera felicidad no es fácil porque hay que conquistarla.
La conquista requiere esfuerzo
Hace más de 2000 años, los griegos hablaban de la importancia de la autoconquista.
En la Ética de Aristóteles (Stagira, 384-322), un sabio nos dice que "la felicidad solamente se encuentra en la virtud y en el celo del esfuerzo, pues la vida no es un juego".
Ahora bien, ¿por qué debemos esforzarnos? ¿Cómo obtener la virtud? Entonces, ¿qué camino debemos seguir para obtener la felicidad?
El camino a la felicidad es personal.
Evitar la zona de confort y centrarse en los productos más efectivos y duraderos es un buen comienzo para conquistarnos a nosotros mismos, pero también es importante comprender nuestro funcionamiento individual.
Una misión personal es una vocación especial que nos tatuamos en el alma. Por eso Dios nos hizo tan especiales ese día, en esta familia, en este país, en estas circunstancias.
Todo lo que has pasado, todo lo que has experimentado, te preparará para seguir tu llamado interior.
Esta voz única nos llama
Como la voz que escuchó Elsa en Frozen 2 de Disney, tú y yo también sentimos que la gravedad nos atrae hacia nuestro centro, el deseo de combinar algo valioso, algo más allá del tiempo, algo que funciona.
Es difícil señalar un camino específico que nos lleve a la satisfacción, pero algunos pasos sugeridos por la monja chilena Glenda serán útiles:
1. Descubre lo que te apasiona
Un día, el huevo de un águila cayó en el nido de una gallina. Cuando los polluelos nacen, los gigantes también los consideran "hermanos". Llevaba días arraigado, hasta que un día soleado escuchó un extraño sonido de un halcón y entonces entendió por qué se sentía tan fuera de lugar.
Este pollo es un águila. Todo en estas majestuosas aves lo llama, y cuando se siente uno consigo mismo, involuntariamente se eleva en el aire, en perfecta armonía con sus compañeros.
La monja sugirió que buscáramos al "águila del momento". ¿Cómo te llamas? ¿Qué actividades te calientan por dentro? Esta llamada al desánimo es tu mejor pista para encontrar tu camino particular.
2. Encuentra tu talento único
Obtienes una calidad excepcional fácilmente. Tal vez sea tu voz, tal vez sea tu mente. Podría ser tu poder de persuasión, o podría ser tu percepción crítica.
Quienes te rodean reconocen estos rasgos o talentos. Vea cómo aquellos que lo aman reflejan sus riquezas internas: su estilo de vida único, su interés en quienes lo rodean, su "temperamento" personal y simplemente su comportamiento y relaciones, su sistema.
3. Encuentra tu misión
Con pasión y cualidades brillantes, ahora puedes quitarte los zapatos, entrar a una habitación (a tu corazón) y decirle a Jesús qué quieres saber sobre tu misión en esta tierra.
Recuerda, Dios sabe cómo usar 5 panes y 2 peces y hacer maravillas con ellos.
No temas, Él te ama más que a nadie, por eso ha preparado para ti un camino de plenitud, satisfacción y paz. Paz, esto no significa libertad de la dificultad, sino dirección y sentido.
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