La caricia un bálsamo para el alma

El Espartano se vence así mismo

El arte de las caricias emocionales va más allá del simple contacto físico.

Es el toque del alma con los ojos, le dice dulcemente al niño “Estoy orgulloso de ti”, es “Pienso en ti, te respeto, te amo”, es la música que alienta nuestro afán emocional, para aprender a cuidar el uno al otro. 

Las caricias emocionales se definen como una unidad básica de validación y, lo que es más importante, están diseñadas para proporcionar estimulación a las personas. Entonces estamos hablando de un acuerdo, una comunicación inteligente, en la que el lenguaje se escribe como el alimento real que sustenta y define nuestro sutil universo socioemocional.

"He llegado a la conclusión de que si las cicatrices pueden enseñar, las caricias también pueden enseñar"

Por mucho que defendamos nuestra independencia o el ocasional goce de la soledad, los seres humanos somos criaturas sociales por naturaleza, y necesitamos este tipo de estímulos para sobrevivir, crecer en felicidad y seguridad: la caricia emocional. Pero aquí viene el verdadero problema, hoy seguimos siendo humildes discípulos del mundo emocional. 

Porque como ya sabemos, hay gente que ahorra energía y voluntad en la llamada reciprocidad, y hay gente que por alguna razón no se siente digna de aceptar, y por supuesto las caricias emocionales de los arquitectos negativos, esos que aguantan el sarcasmo, desprecio e indiferencia a las caricias.

El niño que no es cuidado por los padres y no es apreciado, así se siente una persona cuando su pareja no lo cuida. Un tema con muchos matices, que debemos profundizar en él para liberar frustraciones y desprecios emocionales.

Caricia emocional amenazada

El amor y el respeto no requieren contacto físico para ser probados o verificados. Por ejemplo, las caricias emocionales también se dan en el ámbito laboral, cuando un directivo deposita la confianza en sus empleados, a los que refuerza o valora con palabras de admiración, respeto y agradecimiento. De hecho, estos comportamientos son la unidad básica de todo comportamiento social que cada uno de nosotros debería saber utilizar.

"La educación de la mente sin la educación del corazón, no es educación en absoluto"

Cuanto más amplia la gama de caricias emocionales que damos a los demás y, a su vez, cuanto más amplia la gama de caricias emocionales que recibimos de los demás, más rica y hábil se vuelve nuestra convivencia. Pero en esta moderna sociedad de aprendizaje, la capacidad de hacer contacto visual, de reforzar el lenguaje, de dar la palabra correcta cuando se necesita, se pierde un poco. Ahora los emoticones son nuestros poderosos iniciadores de conversación y los que a veces usamos en exceso. 

Debemos ser capaces de desarrollar una ecología emocional que cree escenarios más sostenibles en términos de reconocimiento, reciprocidad, empatía y respeto. Por ejemplo, los niños necesitan más que un toque emocional de su familia. Las escuelas y los educadores también deben tener la intuición de que este tipo de refuerzo limitará las dimensiones compartidas de frustración, aislamiento o inseguridad.

Del mismo modo, las organizaciones y las empresas deben ser capaces de generar un entorno más propicio donde el reconocimiento y el énfasis en el capital humano, en última instancia, fomenten la creatividad y la productividad.

Amate a ti mismo, ama a los demás

Las caricias emocionales deben fluir entre nosotros como la quietud de un viento cálido en una tarde de verano. En la paz, ilumina a los que la necesitan, dale alas a los que caen, y trae sonrisas a los que ahora están amargados. 

La fuerza de un abrazo

Así como algunas personas no saben dar caricias emocionales, otras simplemente creen que no se las merecen. Son personas que, en un momento determinado, ya no se miman, es decir, ya no se valoran, ya no se respetan. 

Tal comportamiento está de acuerdo con la llamada "ley de la escasez", es decir, no pidas caricias positivas y no rechaces las caricias negativas, cuando en realidad todos deberíamos vivir en mundos opuestos regidos por la “ley de la abundancia”, a saber:

• Ofrece caricias positivas.

• Acepta caricias positivas. 

• La capacidad de pedir caricias positivas.

• Capacidad para rechazar el contacto negativo.

El arte de saber poner en práctica las caricias emocionales

Las caricias emocionales son, por encima de todo, la artesanía de la valoración. Valorar a alguien es demostrarle un “tú existes para mí, tú eres importante”.

"Ese reconocimiento manifiesto a través de un cumplido, unas gracias o incluso a través de un consuelo, favorece la validación de la autoestima de esa persona, así como su cooperación en la sociedad: todos salimos ganando"

Sin embargo, y esto conviene saberlo, las caricias emocionales tienen su lado oscuro. Aquí ya no hablamos de arte, sino de agresión y estaría representado por las siguientes acciones:

• Utilizar las caricias emocionales como forma de manipulación psicológica.

• Hacer uso de la hipocresía como herramienta para ejercer el poder o lograr un objetivo.

Sin embargo, y para nuestra tranquilidad, en el ser humano abundan más los comportamientos positivos que los negativos. Porque al fin y al cabo, es así como sobrevivimos como especie: ofreciendo afecto, ternura, atención, consideración… Así pues, nunca está de más recordar cuáles son los principios y los beneficios de las caricias emocionales:

• Las caricias emocionales se pueden ofrecer en cualquier momento y en cualquier lugar.

• Son económicas, fáciles de ofrecer y ocasionan grandes efectos secundarios.

• Las caricias emocionales están por encima de la clase social, de la edad, el género y la raza. Es algo universal.

• Son el mejor antídoto contra el miedo, la frustración, las dudas y cualquier problema psicológico.

• Las caricias emocionales promueven la salud mental y emocional, son, sin lugar a dudas, el mejor alimento para el alma.

Para nuestra próxima entrega: “La Inteligencia Emocional y sus beneficios para la salud”

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