5 razones por las que los matrimonios a largo plazo fracasan

El Espartano se vence así mismo

La separación en la mediana edad es un fenómeno más común que hace una generación.

La separación de la mediana edad es un fenómeno mucho más ordinario que hace una generación. "Hoy, los adultos mayores están mucho menos dispuestos a permanecer en un 'matrimonio vacío'".

De hecho, la tasa de divorcio de personas mayores de 50 años se duplicó entre 1990 y 2010, pero se ha mantenido estable desde entonces. Esto significa que en 2019 había 10 personas divorciadas por cada 1.000 personas casadas mayores de 50 años.

"El matrimonio de hoy, más que hace décadas, se trata más de sentirse realizado y feliz como persona", "y tenemos expectativas muy altas de lo que constituye un matrimonio exitoso". Entonces, ¿cuáles son las principales causas de divorcio después de un largo matrimonio?

1. Infidelidad

Muchas parejas debaten "por largos y angustiosos años" tratando de convencer uno al otro de que rompa su relación con alguien que conoció en el trabajo o en alguna otra parte. Pero al final, después de más de 30 o 40 años de matrimonio, terminan en divorcio.

 

Esto en ocasiones desestabiliza a la parte afectada, provoca devastación, heridas, tristeza y enojo. Hacen cosas que nunca pensarían que podrían hacer. Por ejemplo, pasar todo un día, en vigilia detrás de unos arbustos o en un estacionamiento frente al departamento de su “ex” para ver si la otra mujer está con él.

 

La vida de la parte afectada cambia mucho desde entonces. Quienes asumen de manera responsable la “recuperación” del tiempo perdido emprenden un proceso de aceptación, evaluación, corrección, volver a evaluar (recursos disponibles para asumir el cambio), ejecución y práctica para asumir su papel “protagónico” sin cometer viejos errores. Y porque no, reencontrarse con el amor en nuevos brazos.

 

Cuando esto sucede, esta persona (sea la mujer o el hombre), se da cuenta de que tiene muchas características positivas para su vida actual: buena, divertida y llena de aventuras y propósitos.

 

"Se sienten orgullosos de una de sus mayores pérdidas, porque ha significado una metamorfosis radical y asumen su papel productivo en la vida."Las cosas pasan en la vida y tenemos que encontrar la manera de seguir adelante".

 

2. Problemas de dinero

En la encuesta Estrés en Estados Unidos de 2020 de la Asociación Estadounidense de Psicología, 64 adultos informaron que el dinero causa mucho estrés en sus vidas. Dado que las personas manejan el dinero de manera diferente, a menudo surgen conflictos.

 

No siempre se trata de cuánto dinero tiene una pareja, arrojan los resultados de la encuesta. Todos “quieren lo que el dinero significa para ellos. Hay todo un aspecto emocional.”

 

Cuando se trata de tensiones conyugales por dinero, se puede citar el ejemplo clásico del conflicto entre alguien que prefiere gastar dinero y su pareja que prefiere ahorrar. Gastar dinero significa libertad, mientras que reprimirse de “gastos en lujo” significa seguridad para los que prefieren ahorrar.

 

Otra situación que genera mucho conflicto: una persona acepta quedarse en casa con los niños, mientras su pareja mantiene económicamente a la familia. Pero cuando los hijos crecen, el sostén de la familia muchas veces quiere que su cónyuge entre o regrese al trabajo después de muchos años en el hogar; sin embargo, es posible que no pueda o no desee buscar empleo.

 

"Los dos cónyuges tienen puntos de vista diferentes sobre lo que acordaron y qué pareja lo rompió", dice otro punto del resultado de la encuesta. "Es por eso que tienes que lidiar con los problemas a medida que surgen, porque cuanto más tiempo pasan sin resolverse, más resentimiento se acumula.

¿Puede un matrimonio seguir siendo feliz a lo largo de los años?

 

3. Falta de comunicación

La mala comunicación es una cosa, que a lo largo del tiempo se hace más frecuente como motivo de separación. Diversos institutos especializados, que han estado estudiando el comportamiento de las parejas desde mediados de la década de 1990, invocan la metáfora de los cuatro jinetes del Apocalipsis para describir los estilos de comunicación que, según la investigación que efectúan, pueden usarse para predecir una ruptura. Los cuatro estilos son la crítica, el desprecio (el predictor más importante de divorcio), la actitud defensiva y el obstruccionismo.

 

"El desprecio nos separa de nuestra familia", es la conclusión de uno de estos estudios. "Hace que nos aislemos de los demás, nos retraigamos y terminemos solos".

 
4. Nido vacío

Otro de los casos es cuando los hijos ya son adultos, la pareja se da cuenta de que ambos han estado viviendo vidas separadas durante bastante tiempo. Los dos se habían centrado más en criar a sus hijos que en cultivar su matrimonio. Así que uno de los dos decide poner fin a su matrimonio de 20 años o más.

 

Surgen frases como esta: 'He estado pensando, y lo que estamos haciendo no es como quiero pasar el último tercio de mi vida'", es la excusa “perfecta” para quien da inicio al proceso de separación, tal vez recordando sus viejas andanzas de juventud que añora retomar. "A medida que te acercas a los 60, empiezas a creer en estas cosas".

 

La pandemia de coronavirus produjo reacciones “desfavorables” en hogares supuestamente estables, donde sus miembros mayores no se percataron que les faltaba vida “privada”. Quien tuvo en mente la separación como solución, esperaba que esta situación favoreciera un acercamiento entre ambos. Pero el compartir en casa a diario, puso sobre la mesa el hecho de no tener que compartir, el no tener el “plan B” cuando los niños se hicieran adultos y aún más delicado, cuando ellos partieran a formar sus hogares y el pensamiento de la vejez invadiera el cerebro. Muchos trámites de divorcio ya están en marcha.

 

Aunque muchos siempre lo consideraron "el tipo de persona que se queda con su pareja toda la vida", no creen que su decisión, o su matrimonio, haya sido un error. “A veces todos van en una dirección diferente y tienen diferentes prioridades y ya no van por el mismo camino”, frase final que surge como respuesta.

 

5. Asuntos pasados ​​sin resolver

Como último punto, las parejas en su juventud no resuelven de manera definitiva uno que otro problema que suele presentarse. El tiempo que no perdona, suele pasar su factura, la ruptura del matrimonio de más de 20 años reveló que los dos "nunca habían encajado bien".

 

Problemas de salud, de dinero y familiares, suelen quedar inconclusos o pasados por alto, dejando que el impacto de la ilusión del amor sea quien tome el protagonismo del momento. La falta de experiencia y de apoyo, suelen ocasionar trastornos que, al no ser tomados en cuenta o darle la importancia en su momento, van recogiendo a lo largo del camino otras cosas que revientan en una crisis.

 

Por otro lado, si uno de los dos busca ayuda en una terapia y siente que está creciendo como persona, pero el otro la rechaza, el problema se radicaliza. Si una de las partes no solo rechaza la terapia individual, sino que también dice que la prefería, tal como era, "una persona tranquila y autocrítica", y quería que siguiera siendo así, la solución del conflicto no es otra que el divorcio.

 

Mientras que todos los que están cerca de ellos se conmocionan por la noticia de la separación, la decisión había estado hirviendo a fuego lento en la mente del afectado durante muchos años. La terapia de pareja no funciona en muchos casos. "Si hubiera una manera de salvar [la relación], habría luchado por ella", dice quien se trazó como objetivo la separación, "pero estaba claro que era yo o el matrimonio", palabras de cierre.

 

Cuando hombre y mujer deciden unir sus vidas, lo primero que deben poner sobre la mesa es sus metas personales, buscar el punto de encuentro de ambas metas, desarrollar a partir de ese encuentro objetivos comunes con mucha comunicación entre ambos. Otra de las cosas importantes es buscar ocasiones para tener vida privada, respetar y compartir la individualidad de cada quien y como en el punto anterior, encontrar el punto de encuentro de cada individualidad y desarrollarlo.

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