Siete hábitos saludables que no te costarán mucho esfuerzo

El Espartano se vence así mismo

Adoptar hábitos saludables es importante no solamente para estar sano en el presente, sino también para retrasar la aparición de enfermedades y dolores en la vejez.

“La salud de por vida contribuye a una vejez feliz y productiva.” ¿Y quién no quiere eso?

Pero el ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana a veces no nos deja suficiente tiempo para cuidarnos realmente. Hacemos menos ejercicio del que nos gustaría, comemos peor de lo que deberíamos, y así con una larga lista de cosas. A veces, adoptar hábitos de vida saludables es complicado, a menudo no podemos cocinar todos los días o hacer ejercicio una hora al día, pero podemos construir pequeñas rutinas que mejoren esa calidad de vida a largo plazo. Quieres conocerla ¡Te desvelamos algunos de ellos!

Hábitos saludables para la salud física y mental

Mantenerse físicamente activo y llevar una dieta equilibrada son las dos recetas principales para una vida físicamente saludable. Podemos hacerlo de forma ambiciosa, pero también podemos empezar poco a poco con pequeños hábitos saludables que cambien nuestra salud de manera imperceptible:

1. Un poco menos de sal

Cada vez que sirvas la ensalada o sazones tu comida, piensa en esta frase. Un poco menos de sal en tus comidas te ayudará a prevenir enfermedades cardiovasculares como infartos o derrames cerebrales. A medida que vayas reduciendo tu consumo de sal, te darás cuenta de que ni siquiera la notarás en el sabor, al contrario, comenzarás a apreciar sabores de alimentos que antes no habías distinguido.

2. Un poco menos de azúcar

Uno de los hábitos saludables más difíciles de aprender pero más efectivos y con diferencia. Y al igual que con la sal, el consumo excesivo de azúcar provoca aumentos en los niveles de azúcar en la sangre y diabetes. No intentes eliminar todo el azúcar de tu dieta de golpe, ya que será muy difícil y te sentirás frustrado si no lo logras. Por el contrario, añade un poco menos cada vez hasta que supongan menos del 10% de las calorías diarias que consumes. Al mismo tiempo, puedes sustituir el azúcar blanco o refinado por otros edulcorantes más naturales y saludables como la miel o el azúcar negra de caña.

3. ¡Sube las escaleras a pie!

Intenta instaurar un hábito saludable en tu vida, el de subir las escaleras caminando en lugar de utilizar las escaleras mecánicas –en transporte público y establecimientos– o el ascensor en casa. De esta forma aumentarás tus niveles de actividad física sin apenas enterarte. En los países desarrollados, más de la mitad de los adultos tienen una actividad insuficiente y “se estima que la inactividad física es la causa principal de aproximadamente un 21%-25% de los cánceres de mama y de colon y el 27% de los casos de diabetes”. ¡Que no es poco!

Crea hábitos saludables, ayuda a tomar las decisiones correctas

4. Camina más

Al trabajo, a ir de compras, al supermercado, a visitar a amigos, conocidos y familiares... Si es posible, evita el automóvil o el transporte público pasivo y ve a pie. 30 minutos de actividad física de intensidad moderada son suficientes para que empieces a notar los beneficios, y lo mejor de todo es que no tienes que hacerlas todas a la vez. Este volumen de actividad física te permite mantener tu movilidad a lo largo de los años y también te ayuda a minimizar enfermedades como la hipertensión arterial, la artrosis y la osteoporosis: otro importante hábito saludable.

Normalmente, cuando hablamos de hábitos de vida saludables, siempre pensamos en la salud física. Mantenernos ágiles, en un peso adecuado a nuestra edad y condición física, comer con cuidado… Sin embargo, hay otra parte de nosotros que también debemos cuidar; nuestros pensamientos. La salud mental es una parte integral de la salud, lo que significa no únicamente la ausencia de trastornos mentales, sino también un bienestar suficiente para hacer frente a las tensiones normales de la vida.

¡También hay algunos hábitos que te permitirán mejorar ese bienestar mental con poco o casi ningún esfuerzo!

5. Atrapa Abrazos

Al menos cuatro al día. Abraza a tu pareja, amigos, familiares, hijos o hijas... o incluso abraza los árboles. Según el psicólogo estadounidense Matthew Hertenstein, el contacto físico entre personas con vínculos emocionales aumenta la autoestima y crea una sensación de calma interior y calma el estado de nerviosismo mediante la liberación de cortisol, una hormona que se produce cuando estamos estresados.

6. Relaja tu cerebro

¿Has oído hablar de la atención plena? Esta práctica quiere recordarnos que todo lo que hacemos se puede mejorar a través de la relajación. Algunos lo llaman meditación, pero básicamente consiste en no hacer nada ni pensar en nada durante diez minutos. Algo que suena tan simple pero requiere práctica. En casa, en el trabajo o en el metro, cuando te levantes o te sientas abrumado… Detente, cierra los ojos e intenta despejar la mente durante unos minutos. Con solo hacer este pequeño gesto, sentirás que tus niveles de ansiedad disminuyen y comenzarás a ver las cosas de otra manera.

7. Practica tu actitud positiva

Siempre que digas una oración negativa, haz una pausa y reformula para cambiarla a una positiva. A veces, con nada más practicar la forma en que verbalizamos las cosas, podemos hacer un cambio positivo. Usa una frase positiva como amuleto para recordarte esta actitud al enfrentar los desafíos diarios.

Son solo siete pequeñas cosas que puedes hacer para sentirte mejor y alcanzar el estado de bienestar físico y mental que te permitirá mejorar tu calidad de vida. Si los conviertes en un hábito, primero conscientemente y luego sin darte cuenta, los hábitos saludables volverán a ti y, en consecuencia, a los que te rodean. ¡La vida es nuestro tesoro más preciado y cada acción que tomamos afecta! ¿Dejarás pasar la oportunidad de darle el tratamiento que se merece? ¡Todos los días cuentan!

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